sábado, 23 de junio de 2012

LA CULTURA CATALANA/ SIGFRID GRIMAU I MIQUEL


La cultura catalana es hoy el resultado de la milenaria historia de Cataluña y de la compleja identidad de los catalanes. Los catalanes escriben su larga historia en el escenario de su trayectoria, forjando en ella la impronta que les caracteriza. Uno de los pilares fundamentales de su permanencia en el tiempo lo constituye su idioma, un lenguaje enraizado y derivado del latín, acuñado en su origen por trovadores del siglo VIII, anticipándose en 200 años a la aparición del castellano
Tienen estos motivos suficientes para considerarse una etnia muy singular; sin embargo, por la conjunción de diversas culturas que aportaron sus valores a esta tierra, por la integración a su territorio de pueblos diversos, y por la universalidad de sus postulados sociales, estos constituyen hoy, sin lugar a dudas, una cultura ejemplar.
Una cultura esculpida por siglos al rigor de invasiones y tiranías que nunca lograron doblegar a sus gentes, que cual Ave Fénix resurgieron siempre desde la fuerza de sus valores y de su voluntad, templando su personalidad honesta, tenaz, esforzada.
A partir de las tribus íberas que poblaban su suelo, civilizaciones remotas legaron su valiosa herencia a los lugareños: los fenicios, griegos y romanos, fueron la forja fecunda de una organización y civilidad que dio origen a una destacada cuna de oficios y artesanías, que ha trascendido especialmente en el ámbito de las letras, la música y la pintura   
Mundialmente reconocidos son los artistas e ilustres personajes que con legitimo orgullo contamos entre los nuestros como Ramón Llull, Àusias Marc, Jacint Verdaguer, y Joan Maragall en el campo de las letras; Enrique Granados, Isaac Albeniz, Ramón Carnicer, Frederic Monpou, y Paul Casals en el de la música; Margarita Xirgu, Victoria de los Ángeles, Monserrat Caballè y Josep Carreras en el canto; Salvador Dalí, Joàn Miró y Antoni Tàpies en la pintura; y en la arquitectura Josep Lluis Sert y sin lugar a dudas el genial Antoni Gaudi.
Su obra ha trascendido nuestras fronteras, así como lo hicieron a través del tiempo los miles de catalanes que por diversas razones emigraron hacia otras latitudes. Estos últimos, al asentarse tras otras fronteras, han esparcido su benéfica acción por la faz de la tierra.

Es así como encontramos hoy 126 Centros Catalanes diseminados por todos los países del planeta, tanto por Europa como en Australia, Japón, Canadá, y especialmente por toda América. Hoy, más de trescientos mil catalanes, con la savia heredada de nuestras raíces, contribuyen a la construcción y desarrollo de diferentes sociedades, en las que siempre destaca la presencia de sus virtudes y capacidades.
A modo de ejemplo podemos citar parte de su obra y participaciòn en Chile, donde sin alguna duda han contribuido a su progreso y crecimiento.
Algunos llegaron ya durante la colonia, otros en la época de la Independencia, en la que empiezan a destacarse con fuerza. Otras dos oleadas se registran a principios del siglo XX  la primera, y post guerra civil la segunda, motivada por el obligado exilio.
Estos emigrantes y sus descendientes brindaron lo mejor de si por este país que les acogió con los brazos abiertos; muchos escribieron páginas imborrables de la historia de Chile, como Arturo Prat y los Presidentes Montt; en la empresa por nombrar algunos las familas Ramoneda, Viu Morera, Planella, Mitjans, Coderch, Grau, Aguadè, Torres; en la música, Rosita Renard, Ricard Fabregat, Francesc de Paula i Barbat; en las letras Gabriel Ferrater Mora, Marta Brunet, Jaume Pi i Sunyer, Pere Pruna, Pelai Sala.

Muchos de los monumentos que ostenta nuestra capital son parte del fecundo trabajo de escultores y arquitectos catalanes. Obra de Claudio Tarragò destaca el monumento al Presidente Pedro Aguirre Cerda y el dedicado a la India; de Antoni Coll i Pi, el dedicado a Alonso de Arcilla, al Bombero, las Cariátides de los Tribunales de Justicia y del Palacio de Bellas Artes, y con mucho pesar lamentamos la demolición del Palacio Undurraga, de calle Estado y Alameda, cuya arquitectura "Gótico-Morisca" era una joya maravillosa de la arquitectura santiaguina.
Seis millones de catalanes pueblan nuestra tierra; más de diez millones de individuos hablan nuestra lengua, y docenas de Universidades la enseñan, incluida la República Popular China, seña inequívoca de la fuerza y vigencia de nuestra cultura.                
 

Sigfrid Grimau I Miquel: Presidente Del Centre Catalá

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